Cuando la concentración de contaminantes adquiere cierto nivel decimos que se ha producido un deterioro de la calidad del aire interior. Este hecho puede responder a varias causas, las más habituales son la generación de contaminantes en el interior del edificio, las deficiencias del sistema de ventilación, la contaminación procedente del aire exterior. Asegurar la calidad del aire interior puede ahorrarnos muchos riesgos y problemas ya que, en algunos casos, desarrollamos en espacios interiores hasta un 80% de nuestra actividad
Se aconseja establecer un protocolo de revisiones periódicas ya que de esta forma podemos prevenir la contaminación desde el primer momento.
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